Alguien está intentando enseñarle a la pequeña Husspuppie a usar un cuchillo para que se coma el cangrejo que tiene por cena. Su padre, al percatarse, le aparta el cuchillo, se enfurece y le dice: “¡No, tienes que romperlo con las manos!”. La gente al rededor empieza a corear “¡Rómpelo, rómpelo!” y la niña, no sin esfuerzo, consigue romper su coraza. Entonces la parroquia empieza a gritar de alegría, con aullidos descontrolados y, en esencia, silvertres. Su padre dice: “¡Sí, ya eres un animal!”, y vemos cómo ha prevalecido lo que para ellos es lo importante.
En el Sur de Luisiana se encuentra La Bañera, una zona ocupada por unos gañanes felices de estar donde están, aún conociendo el pronostico de una fatídica tormenta que devastará toda la zona. Nos posicionaremos en la piel de Husspuppie, niña de 8 años inconsciente de la atmósfera de mala educación y miseria a la que su padre está sometiendo, y que tendrá que sobrevivir a lo que parece el fin de su mundo.
Este cuento embuído (en apariencia) de surrealismo mágico es en realidad una relectura de la catástrofe provocada por el huracán Katrina enfocado en el posicionamiento de los patriotas (las bestias) inamovibles que se fijaron en un suelo que, al igual que sus valores, no hacían más que aguas. Exhibicionismo, civilización versus barbarie y una constante cochambre visual y moral pueblan esta ópera prima de Benh Zeitlin (y nominada ahora a cuatro Oscars) de hermosa fotografía y banda sonora. Bestias del sur salvaje es un microcosmos donde la naturaleza no es frágil, sino la posibilidad de superar el reto por el que llegar a entender sus cauces, y no llega a convencernos de que, aún pese al colapso de la civilización occidental (norte y sur son los rivales aquí más evidentes) pueda de alguna forma ser la solución al respecto un modo de vida que abandone la razón o la ciencia. Pero eh, aquí una crítica de alguien a quién le convenció más.
Benh Zeitlin - Once There Was a Hushpuppy
Calificación: 6